Lactancia materna frente al coronavirus COVID19

lactancia materna frente al coronavirus

Usemos la lactancia materna frente al coronavirus COVID19

Según los datos de la iHAN (iniciativa para la humanización de la asistencia al nacimiento y la lactancia) he recabado información muy relevante en relación a los beneficios de la lactancia materna frente al coronavirus COVID19. La iHAN és una iniciativa de la OMS y UNICEF.

Los coronavirus se distinguen por afectar al sistema respiratorio

Los coronavirus se distinguen de otros virus por su afectación frente al sistema respiratorio (tos, estornudos, dificultad para respirar y fiebre). Sus síntomas son leves pero pueden agravarse considerablemente en personas de riesgo (enfermos crónicos, ancianos, personas con problemas respiratorios o un sistema inmune deprimido).

Una variante muy contagiosa

El COVID 19 en particular es una variante muy contagiosa y no hay inmunidad frente a ella. No obstante los lactantes amamantados no se sitúan como grupo de riesgo.

COVID19, embarazo y lactancia

Los coronavirus no se trasmiten a través de la leche materna, pero sí se transmiten los anticuerpos que la madre elabora frente a ellos en el caso de que la madre esté infectada. Tampoco se transmite el virus durante el embarazo o el parto. Hasta los 3 años de vida tanto la inmunidad frente a infecciones respiratorias como intestinales están garantizadas gracias a la lactancia materna.

Los niños y lactantes no se consideran un grupo de riesgo y los síntomas que presentan son tos, fiebre y mucosidad, pocas veces causan vómito o diarrea.

COVID19 y parto

En el caso de que una madre esté infectada por coronavirus, se recomienda igualmente el contacto piel con piel con el bebé y el agarre espontáneo

En el caso de que una madre esté infectada por coronavirus, se recomienda igualmente el contacto piel con piel con el bebé y el agarre espontáneo ya que estas prácticas no trasmiten el virus. Únicamente este tipo de virus se trasmiten a través de las vías respiratorias. Es por ello que la madre debería llevar mascarilla y guantes para no contagiar ni al bebé ni al personal sanitario.

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En el caso de que una madre esté infectada por coronavirus, debería llevar mascarilla y guantes para no contagiar ni al bebé ni al personal sanitario.

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Lactancia materna e inmunidad del bebé

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La lactancia materna e inmunidad

Es bien sabido que los bebés que toman lactancia materna tienen menos probabilidades de contraer infecciones que los alimentados con fórmula. La leche materna contiene muchos factores que ayudan a apoyar el sistema inmune de un bebé. Por tanto podemos afirmar que lactancia materna e inmunidad van de la mano.

Una madre transmite muchas proteínas, grasas, azúcares y células que trabajan contra las infecciones cuando amamanta a su bebé. Cabe destacar los anticuerpos, glóbulos blancos, lactoferrina, lisozima, oligosacáridos, probióticos y prebióticos entre otros.

Cuando una madre entra en contacto con gérmenes en su entorno, produce anticuerpos para combatir esos gérmenes. Estos anticuerpos pasan a la leche materna y, por lo tanto, al lactante. Dado que una madre y su bebé generalmente están en contacto con los mismos gérmenes, esto ayuda a proteger a su bebé de las enfermedades a las que ambos están expuestos. 

El principal tipo de anticuerpo en la leche materna es IgA. Los anticuerpos IgA protegen las superficies internas del cuerpo, como la boca, el estómago, los intestinos y los pulmones. Estos anticuerpos no son digeridos por el bebé. En cambio, cubren el intestino y bloquean la entrada de infecciones que de otra manera podrían causar enfermedades.

Además, hay una serie de otros factores en la leche materna que le otorgan a un amamantado un sistema inmunológico más eficiente. Por ejemplo, los lactantes amamantados desarrollan una glándula timo más grande que los bebés alimentados con fórmula. La glándula del timo produce un tipo de glóbulo blanco que ayuda a proteger contra las infecciones.

Vacunación del lactante

Aunque la lactancia materna a menudo reduce la gravedad de la enfermedad en un bebé, es importante comprender que la lactancia materna no proporciona un sustituto para la inmunización.

Además, la lactancia materna puede mejorar la respuesta del lactante a algunas vacunas. Los bebés amamantados producen niveles más altos de anticuerpos en respuesta a algunas vacunas que los bebés alimentados con fórmula.

lactancia materna e inmunidad
La lactancia materna no le proporciona al bebé inmunidad total contra las enfermedades prevenibles por vacunación.

Se sabe que la lactancia materna es una forma efectiva de distraer a los bebés del dolor. Las madres a menudo amamantan a su bebé mientras su bebé recibe una vacuna en un esfuerzo por reducir la percepción de dolor del bebé

En resúmen

El calostro es el refuerzo inmunológico natural más potente conocido por la ciencia.

La protección contra las infecciones ha sido bien evidenciada durante la lactancia contra, por ejemplo, diarrea aguda y prolongada, infecciones del tracto respiratorio, incluyendo otitis media, infección del tracto urinario, entre otros. 

El contenido de inmunidad de la leche cambia con el tiempo. En las primeras etapas de la lactancia, ésta proporciona un apoyo adicional para el sistema inmune inmaduro del recién nacido. 

Después de este período, la leche materna continúa adaptándose extraordinariamente a las necesidades del lactante con respecto a la protección inmunológica y la nutrición. 

Por lo tanto, la necesidad de fomentar la lactancia materna es justificable, al menos durante los primeros 6 meses de vida como mínimo.

Por todo esto, la Iniciativa para la Humanización de la Asistencia al Nacimiento y la Lactancia (IHAN) ha sido lanzada por la OMS y UNICEF para promover la lactancia materna exclusiva desde el nacimiento.

Aquí os dejo un artículo de gran actualidad sobre la lactancia y el Coronavirus.

Coronavirus, prepara tu sistema inmune para combatirlo

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Coronavirus, ¿qué es?

Los coronavirus son una especie de virus que afectan a las vías respiratorias tanto de aves como de mamíferos. Los médicos asocian al coronavirus con el resfriado común, la bronquitis, la neumonía y también pueden afectar al intestino.

En los últimos 70 años los científicos han descubierto que los coronavirus pueden infectar a ratones, caballos, perros, gatos y ganado. Por lo tanto y de este modo pueden transmitirlo a humanos.

Los anticuerpos que los humanos fabricamos contra el coronavirus no duran mucho tiempo. Asimismo pueden ser ineficaces frente a las mutaciones del propio coronavirus. Es debido a esto que debemos de tener un sistema inmune bien preparado para poder defendernos.

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El  sistema inmune es esencial para nuestra supervivencia ya que sin él nuestro cuerpo estaría expuesto a bacterias, virus, parásitos patógenos y más.

Prepara tu sistema inmune frente al coronavirus

Tu inmunidad depende en cierta medida de lo que comes ya que en el intestino esta la central de todo el sistema inmune del cuerpo.

“Pro” y “pre” vida

Toma probióticos y prebióticos, ya que la mayor defensa de nuestro organismo se centra en la flora intestinal. Cuando esta flora esta desequilibrada (disbiosis) puede ocurrir una serie de alteraciones en el cuerpo (véase artículo de la permeabilidad intestinal).

Por consiguiente, frente a un mal estado de nuestra flora intestinal somos más sensibles al coronavirus. Encontramos probióticos en alimentos fermentados como lo son  el kéfir, el chucrut, el kombucha, el miso, el temphe, el yogur natural.

También recae una especial importancia sobre la microbiota en el artículo que hablo sobre la permeabilidad intestinal que puedes leer aquí.

Jalea real

La jalea real es una sustancia gelatinosa producida por las abejas melíferas para alimentar a las abejas reinas y sus crías.

La jalea real puede mejorar la respuesta inmune natural de nuestro cuerpo a bacterias y virus extraños. Se sabe que la jalea real promueve la actividad antibacteriana por lo que puede reducir la incidencia de infección y respaldar la función inmune.

Con frecuencia se vende como un suplemento dietético para tratar una variedad de dolencias físicas asimismo como enfermedades crónicas.

Zinc

El zinc es el mineral que ayuda a fortalecer el sistema inmune por excelencia asimismo ayuda a combatir las bacterias y los virus que invaden al organismo.

Puedes ver los alimentos que lo contienen aquí

Ajo

El ajo ha sido reconocido no solo como una especia sino también como una sustancia que ejerce un control sobre los microorganismos. Estudios recientes indican que el extracto de ajo tiene una actividad antimicrobiana de amplio espectro contra muchos géneros de bacterias, virus y también hongos. El ajo ocupa una posición prometedora como agente terapéutico de amplio espectro.

Vitamina C

Al igual que el zinc, la vitamina C es un potente estimulante de nuestras defensas. Tiene un alto poder antioxidante y lo podemos encontrar en multitud de alimentos.

Equinácea

La equinácea es un grupo de plantas con flores que se usa como un remedio herbal popular. Están vinculados a muchos beneficios para la salud, como la reducción de la inflamación, la mejora de la inmunidad y los niveles más bajos de azúcar en la sangre.

La equinácea está cargada de antioxidantes, como los flavonoides, que pueden ayudar a defender su cuerpo contra el estrés oxidativo.

La podemos encontrar en tiendas especializadas como extractos, comprimidos o planta para infusionar.

Para saber más, web de la OMS

Permeabilidad intestinal, enemigo desconocido. Afrontémoslo

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¿Qué es la permeabilidad intestinal?

La dieta afecta, tomemos medidas

Cuando la permeabilidad intestinal es un enemigo, tomemos médidas. Y más un enemigo de nuestra salud al cual no conocemos. En primer lugar miremos dentro de un vientre adulto. Un revestimiento intestinal cubre y protege sus aproximadamente 8 metros. Así forma una película que controla y selecciona correctamente lo que debe absorber la sangre.

La permeabilidad intestinal y la inflamación

Al contrario, un revestimiento intestinal poco saludable puede tener grietas. Así alimentos poco digeridos, toxinas y microorganismos seran absorbidos.

A menos que se solucione, esta permeabilidad inflama la flora intestinal. Pudiendo así, dar pie a diversas enfermedades crónicas. Multitud de estudios lo confirman.

¿Quién tiene permeabilidad intestinal y por qué?

Algún grado de permeabilidad tenemos todos. La barrera no es nunca completamente impenetrable. Algunos podemos tener una predisposición genética, pero hay otras causas. La vida moderna es un problema. Una dieta con poca fibra, azúcar y grasas saturadas, puede debilitarla. Igualmente también el alcohol y el estrés la alteran.

El aumento de la permeabilidad causa afecciones gastrointestinales. Como es la enfermedad celíaca o la de Crohn. Sin olvidar el síndrome de intestino irritable.

Un intestino permeable o no, ¿causa problemas en otras partes del cuerpo?

También la permeabilidad puede estar asociada con enfermedades autoinmunes. Por ejemplo lupus, diabetes tipo 1 o esclerosis múltiple. Igualmente, síndrome de fatiga crónica, fibromialgia, artritis, asma. O aquellas que parecen inevitables como alergias, acné u obesidad.

Efectos alarmantes

Del mismo modo y a pesar de seguir una dieta, alguna vez puede que hayas notado sin causa aparente que tu cuerpo no funciona bien. ¿No ha podido ser diagnosticado el origen del problema? Te pasan cosas raras ¿Has intentado adelgaza de mil maneras sin conseguirlo? ¿Sueles padecer enfermedades de repetición?

¿Respondes afirmativamente a alguna de estas preguntas? posiblemente padezcas una notable permeabilidad intestinal. Asimismo puede que padezcas alguno de estos efectos:

  • Problemas en la piel tales como acné o rosácea.
  • Dolores de cabeza recurrentes, niebla cerebral así como pérdidas de memoria.
  • Antojos de productos malsanos, como dulces o procesados.
  • Insomnio, cansancio generalizado.
  • Estado de ánimo decaido así como cambios de humor.
  • Variación (incremento o perdida) de peso injustificado. Y del mismo modo un aumento del volumen abdominal.

La dieta debe ser a tu medida

El paso inicial que tomo en consulta es analizar en profundidad la dieta y hábitos alimentarios. Seguidamente, eliminar de la dieta los alimentos que pueden ser inflamatorios o causantes de cambios en la flora intestinal. Entre los más comunes están los alimentos procesados y los que puedan causar alergias. También ciertos medicamentos y el alcohol.

Cada persona tendrá una dieta y un plan diferente según su sintomatología

En mi práctica, a menudo veo que los pacientes mejoran significativamente cuando comienzan una dieta saludable. Sin embargo, siempre es bueno comer una dieta nutritiva y sin procesar. A esta le incluiremos alimentos que ayuden a calmar la inflamación. Así ayudaremos a reconstruir el revestimiento intestinal.

Definitivamente vale la pena intentarlo.